Nombre: EntreSetas Agro S.L.
Localidad: Paredes de Nava
Sector: Agricultura
Socios y empleados: Dos
Año: 2017
Web: https://www.entresetas.com
“Sentía que me había dejado el alma en el pueblo. El monte es mi sitio y el de mi familia; mi hobby, mi vida ha sido desde niña ir al monte con mi familia a coger setas”.
Nazaret Mateos no era feliz en Palencia. Echaba de menos la vida en Paredes de Nava, la localidad donde había nacido y crecido, y sobre todo echaba de menos la presencia de su sierra, la Culebra. Pasaba sus días en la oficina donde trabajaba fantaseando con volver algún día al pueblo y, como decía a su familia, “montar un invernadero de setas para mí sola donde no os voy a dejar entrar a ninguno”. Hasta que su madre un día le dijo que no esperase a la vejez: “deja de marear y hazlo ya”.
Plantada la semilla de esta idea en su mente, encontró una subvención de incorporación agrícola con la que podría dar el primer paso. El único problema: el plazo de presentación acababa en apenas 15 días. “Mi marido pensaba que me había entrado algún virus que no paraba de enviarle emails con enlaces; era yo, mandándole toda la documentación que necesitábamos preparar”. Ese mismo fin de semana hicieron un curso sobre micología y a los pocos días presentaron la solicitud. ”Desde el primer momento no me quise dedicar a otra cosa. Yo quería irme al pueblo a ser rentable, y al ver la oportunidad me agarré a ella”. Había nacido EntreSetas.
La calidad de su producto, la estrecha vinculación con el territorio y los esfuerzos por recuperar la sierra tras los incendios que la asolaron hace unos años han hecho que EntreSetas se haya convertido, desde su nacimiento en 2017, en un referente en el ecosistema de emprendimiento social. Una labor que ha sido reconocida con numerosos galardones, pero que para Nazaret son secundarios. “Hemos ganado muchos premios, y para todos hemos tenido que hacer grandes esfuerzos: salir afuera a formarnos, dejar a la familia, el miedo de no estar a la altura de tu proyecto… Pero el mayor logro no han sido los galardones, sino haber conseguido que a través de ellos la gente no se olvidara de mi tierra tras el incendio”.
Una trayectoria de reconocimiento hacia afuera que tuvo un punto de inflexión cuando ganaron el Premio de Innovación del Ministerio de Agricultura. “Ahí empezamos a aparecer en medios y a crecer muchísimo, y lo que teníamos planeado para cinco años se nos vino encima en dos meses. Así que vi que era necesario dar un paso adelante y tomé la decisión de formarme en Lanzadera”, una reputada aceleradora de empresas en Valencia. “Éramos la primera empresa de agricultura que pasaba por el programa, así que al principio parecía que nosotros hablábamos francés y ellos alemán”. La experiencia le ayudó a enfocar el proyecto a lo que actualmente es, y a ella a crecer como persona: ”la Nazaret que lanzó EntreSetas no tiene nada que ver con la de ahora”.
En esa permanente ansia de mejora es donde Nazaret encuentra su mayor reto. “Realmente, a pesar de lo novedoso del proyecto, si la gente tiene la mente abierta lo comprende rápidamente. Al principio éramos los locos de las setas, pero ahora somos EntreSetas y si le explicas a alguien que quieres hacer algo en tu parcela sin provocar daño, lo entienden. Para mí el principal obstáculo ha sido aprender a pedir ayuda. Si pudiese hablar con la Nazaret del pasado, le diría que levantara un poco la vista del día a día y que disfrutara de las pequeñas victorias”.
Este deseo de tomarse las cosas con un poco más de calma no significa que no siga teniendo grandes perspectivas para el futuro. “EntreSetas en diez años debe seguir estando en el rural, donde está ahora, pero habiendo crecido. Queremos abrir sucursales en otras zonas que ayuden a revalorizar nuestros pueblos y a sus personas. Queremos que nadie se tenga que ir de su pueblo, para que sigan manteniendo los montes como han hecho hasta ahora, pero con un salario digno”.
Planes de expansión, aceleradoras, reconocimientos… El proyecto de EntreSetas no envidia nada de las startups que crecen en las ciudades. ”En el rural estamos conectados al mundo, y el dinero de inicio de un emprendimiento va a cundirte más aquí que en una ciudad. El paradigma del emprendimiento está cambiando hacia un emprendimiento más consciente, y este es el sitio idóneo para ello. Además”, añade, “cuando el día a día te supera, aquí puedes salir al campo, andar 30 metros, gritar, y volver a la oficina para empezar de cero. ¿Cuántos metros tienes que coger en la ciudad para poder hacer eso?”.