Como una cabra

Nombre: Asociación Como una Cabra
Localidad: Griñón
Sector: Consultoría y formación en emprendimiento
Instalaciones: Online
Año: 2020
Web: https://www.cabrasenred.es

«Pensamos, ¿por qué no unimos nuestros activismos ayudando a que las empresas sean más responsables, y a que las mujeres puedan hacer lo que quieran y donde quieran?”.

Cuando pensaban en su futuro, María Rodríguez y Cristina Navarrete tenían claro que incluía sentarse frente a una chimenea. Las dos trabajaban como consultoras llevando programas de emprendimiento con los que apoyaban a la gente a montar sus pequeños negocios, y las dos sabían que el futuro del planeta pasaba por impulsar el feminismo y el cuidado de la naturaleza. De esa apuesta conjunta nació en 2020 Como una cabra, un proyecto que se sustenta sobre tres patas: la formación, con una escuela online en la que imparten un programa formativo dirigido a mujeres con el que pueden desarrollar una primera idea de negocio; el desarrollo de metodologías, cursos y mentorías para entidades que impulsan el emprendimiento social; y los proyectos de desarrollo local y rural a los que acceden a través de convocatorias nacionales y europeas.

La labor de estos años ha confirmado su apuesta por el público femenino. “A medida que fuimos estudiando, fuimos viendo que las mujeres abandonan en mayor medida sus pueblos porque no encuentran salidas, y a la vez, que ellas son una fuente muy importante de emprendimiento. Los datos avalaban lo que queríamos hacer”. Opinan que todavía “no hay un ecosistema inclusivo” en el medio rural, y que para solventar esta brecha de género “es necesario cambiar las narrativas y las estructuras” de emprendimiento.

Indivisible a su visión feminista está la ambiental, por eso no dudan en denominar a Como una cabra “un proyecto ecofeminista. La esperanza de este planeta es que la gente deje de concentrarse en las ciudades, se revierta la tendencia de abandono rural y se empiece a luchar contra el reto demográfico. La mujer tiene ahí un papel muy importante, porque cuando las mujeres se quedan en el rural están generando una dinamización que lucha contra la despoblación y el cambio climático”.

No están solas en su visión. Desde su nacimiento, la comunidad de Como una cabra ha crecido hasta las 800 mujeres emprendedoras rurales que se reúnen y comparten sus experiencias en un grupo de Telegram. “De ahí surge mucha magia. La gente emprendedora se siente sola, y más todavía si vives en un territorio rural”. Entre ella están mujeres que las conocían previamente, otras que las han conocido a través de las redes sociales, su videopodcast o su blog… “Estamos en muchas redes porque Como una cabra es un proyecto con espíritu de colaboración”.

La clave del proyecto, lo que ha hecho que otras 800 mujeres también se sientan “como una cabra”, es haber tenido muy claro desde el principio su propósito. “La idea de ‘permitirte estar como una cabra’ fue el pegamento que hizo que la gente se sumase a la comunidad. Poner el foco en la realidad que queremos  transformar y poder ser ejemplo para otras personas es lo que ha hecho que surjan muchas alianzas. Cuando el propósito es mayor que tú o tu proyecto estás invitando a que más gente con la misma visión se te una y de esa manera trabajar en alianza acaba surgiendo de manera natural”.

De cara al futuro, creen que los pueblos ofrecen posibilidades de emprendimiento de las que carecen las ciudades. “Hoy en día, las oportunidades están en los pueblos. Hacen falta personas que se ocupen de los oficios, de hacer una web, de ofrecer fisioterapia a los vecinos… Hace falta de todo”. Además de estas necesidades por cubrir, ven una clara ventaja a la hora de innovar: “en el medio rural no tienes la necesidad de invertir tanto, por lo que puedes apostar más fuerte por la innovación. A la gente que se está planteando lanzar un proyecto, les diría que entiendan el medio rural como una fuente de oportunidades, desde crear lo que no existe hasta unir lo moderno con lo tradicional. Además, la calidad de vida es mucho mayor y vivir en el pueblo nos reconecta con la naturaleza”. De momento, María ya ha encontrado su casa con chimenea.