Apadrina un olivo

Nombre: Asociación para la Recuperación de Olivos Yermos de Oliete
Localidad: Oliete
Sector: Agricultura, ONG, Mundo Rural
Instalaciones:
Socios y empleados: 40 empleados, +7.300 madrinas y padrinos
Año: 2014
Web: https://apadrinaunolivo.org

“La única manera de saber si tú, tu proyecto y tu familia os vais a adaptar al medio rural es hacerlo; así que no te lo pienses y salta”.

Sira Plana lo tiene tan claro como cuando en 2013 decidió hacer algo junto a sus socios, hijos del éxodo rural como ella, para revertir la decadencia que su pueblo, Oliete, llevaba décadas sufriendo. A Sira, que en aquél momento trabajaba en multinacionales de cosmética, se le encogía el corazón cada vez que volvía al pueblo de sus antepasados en vacaciones y en cada visita veía más casas vacías, más puertas cerradas.

La excepcional cosecha de oliva de 2013 les dio la idea. Los olivos centenarios de Oliete y alrededores estaban llenos de aceitunas, pero apenas había gente para recogerlas y el molino donde se prensaban para producir aceite hacía años que estaba cerrado. “En ese momento tuvimos la revelación de que estábamos desperdiciando algo muy valioso. Entendíamos que era difícil poder vivir de ello, pero nos pareció que era el primer paso para poner en valor el olivar y la oliva aragoneses, así como varietales de oliva de la región como el empeltre o la manzanota de Oliete. Recuperar la cultura olivarera de nuestra zona nos permitiría generar empleos”. 

La novedad de su planteamiento vino de la fórmula financiera elegida: el apadrinamiento. Con ella, las personas que apoyen el proyecto apadrinarán un olivo abandonado, al que podrán bautizar y visitar cuando quieran, y como agradecimiento, recibirán 2 litros de aceite de oliva virgen extra al año. Pero el apadrinamiento no es solo una palanca económica: “con él también ponemos sobre la mesa la problemática del abandono rural y arrancamos un debate. Está pensado para compartir ese propósito apoyándonos en lo virtual para llegar a cualquier parte del mundo.”

Una vez elegido el modelo de negocio, los socios de Apadrinaunolivo se encontraron un gran obstáculo: la propiedad de los 100.000 olivos centenarios abandonados. “No podíamos simplemente ponernos a explotar olivos que no eran nuestros, pero encontramos una fórmula, muy usada en otros países, que es la de ‘custodia del territorio’. Esta nos permite pensar en la cesión del olivar por parte de sus propietarios como una herramienta para que no se pierda ni el paisaje ni la cultura, y que nos beneficia a todos.”

Además, recientemente obtuvieron el reconocimiento de Entidad de Utilidad Pública, de manera que toda madrina, padrino y empresas colaboradoras reciben beneficios fiscales derivados del apadrinamiento.

En los diez años de trayecto, Apadrina un olivo ha crecido hasta los 40 empleados, apoyados por más de 7.300 madrinas y padrinos, unas cifras que hablan por sí solas del éxito de su visión y su gestión. Pero para Sira, sin duda el mayor logro está en la comunidad que ha crecido alrededor. “El haber podido reunir un equipo tan grande y tan femenino en un entorno tan masculinizado nos ha permitido logros como el de evitar el cierre de la escuela, un punto de no retorno que condena a muchos pueblos. También el hecho de que sea un proyecto que genera valor a lo largo de toda la cadena nos ha permitido incluir diferentes perfiles laborales, lo que demuestra que hay sitio para todo tipo de profesionales en el medio rural”.



Para el futuro, Sira tiene claro que cualquier intento de revertir el proceso de despoblación pasa por la educación de los más jóvenes. “Lanzamos una iniciativa, Apadrina Educa, con la que juntábamos a un grupo de niños para hacerles pensar qué les gustaría cambiar de su entorno, y que a partir de ahí diseñasen un plan de acción para hacerlo realidad. Con esto lo que pretendíamos es que esa niña o niño, cuando crezca, sepa que puede juntarse con otros para cambiar lo que no le gusta y se resista a aceptar la mentalidad de ‘las cosas son así’. No somos conscientes de la capacidad de cambiar las cosas que tenemos cuando nos unimos con un objetivo común, y Apadrina un olivo me ha enseñado esto.”

La experiencia exitosa de Apadrina un olivo demuestra es el ejemplo más cercano de esto. “El mundo rural está lleno de oportunidades desaprovechadas, es un diamante en bruto. Yo animo a mirar al medio rural con ojos diferentes y verlo como una gran oportunidad donde hay que repensar muchas lógicas. Si tienes una idea, no tengas miedo, ya verás cómo, pero hazlo”.